¿Qué es eso? Eso es QUESO

¿Cuántas veces habremos escuchado esta adivinanza? ¿Cuántas veces a lo largo de la semana comemos queso? Es sorprendente cómo un producto tan presente en nuestra mesa tiene tanta historia y tanto que contarnos, vayamos a ello.

El queso ha estado presente en nuestra dieta desde hace muchos años, sin embargo, solo existen suposiciones sobre cómo y cuándo este exquisito producto hace aparición en la vida de nuestros antepasados. Se estima que fue cuando los humanos aprendieron a domesticar a los animales en el Neolítico ¡hace más de 10.000 años!

Seguramente, nuestros antepasados observaron cómo la leche de su ganado, con el paso del tiempo, empezaba a cuajarse, cómo la temperatura afectaba a la velocidad a la que ésta se cuajaba y que, si se solidificaba y se vertía el líquido, la cuajada se hacía más consistente, teniendo como resultado una conservación más duradera.

Como siempre, el ser humano aprendió cómo conservar y almacenar víveres durante más tiempo, para suplir épocas de vacas flacas. Posteriormente, se descubrió el cuajo, una enzima digestiva que comenzaron a extraer del estómago de un cabrito o cordero y que utilizaban para cuajar la leche y elaborar deliciosos quesos o cuajadas.

Dejando a un lado la pregunta de quién fue el primero en usar el estómago de un cordero o cabrito para conseguir queso y qué circunstancias le llevaron a descubrirlo, las pruebas arqueológicas más antiguas referentes a la elaboración del queso datan sobre el 2300 a.C. en el Antiguo Egipto. Desde Oriente Medio, se exportó el modelo de fabricación a Europa, donde hacía falta menos sal para su conservación debido a una climatología más fría. La reducción de sales y ácidos en su elaboración, gracias a esta nueva climatología, otorgó al queso un microclima perfecto para bacterias y mohos, que son los encargados de darle al queso su característico sabor.

Ya en la época de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, se elaboraban y consumían quesos de cabra y oveja a diario. Sin embargo, en esta época la conservación no era tan larga como ahora, debido a las técnicas y los mecanismos de elaboración y conservación que había, lo que hacía que la mayoría de ellos fueran frescos o con curaciones muy breves.

Sorprendentemente, el consumo del queso solo era importante en Europa y las áreas del globo fuertemente influenciadas por su cultura. El queso era un desconocido en las culturas asiáticas, no había sido descubierto en las sociedades precolombinas y tenía una presencia escasa en África.

Hoy en día, debido a la expansión de la cultura occidental y sus costumbres gastronómicas, el queso, con sus múltiples variedades, es famoso en el mundo entero y, literalmente, fuera de él, ya que es un alimento habitual entre los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Esto se debe a que, en el espacio, la sangre se contrae, por lo que aumenta la presencia de hierro en el organismo y esto debilita la fuerza de los huesos. Así pues, es necesaria una dieta rica en calcio.

Volviendo a la Tierra, las innumerables variedades de queso que existen lo hacen un producto muy versátil, ya que existen quesos para todos los gustos: picantes, recubiertos de especias, bañados en aceite, con formas especiales, texturas arenosas o completamente ciegas… infinidad de variantes que se han producido debido a diversos factores que afectan al resultado del producto final: alimentación del ganado, procedencia de la leche, raza del animal, mezcla de leches, curaciones y una multitud de aspectos más. En el mundo existen, atentos, ¡más de 2.000 variedades de queso!

Es un alimento que debido a su fama también tiene sus mitos, como la gran cantidad de calorías y grasas que contiene. Sin embargo, como todo en la vida, en el término medio está la virtud y el queso es un alimento muy bueno para la salud en cantidades moderadas, ya que es una gran fuente de proteínas y vitaminas. Incluso algunos, como el mozzarela o cheddar, ayudan a evitar la caries dental.

Si te ha gustado saber algo más de este producto tan cotidiano, lánzate ahora a probar nuestros quesos, te garantizamos que son excelentes. Si, por el contrario, eres un entendido en el tema y no te hemos contado nada nuevo, reconocerás un buen queso rápidamente. Por ello, te retamos a amplíar tu experiencia disfrutando de todo el sabor de los quesos que te ofrecemos, seguro que te gustan -y mucho- y ya sí que podrás decir que has leído este post para algo de provecho.

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